Entrevista a fondo con Laura Jiménez

Entrevista a fondo con Laura Jiménez

Es la responsable de una vocalía de nueva creación (se creó con la candidatura Fem federació, fem muntanya) que poco a poco va abriendo un camino muy necesario e interesante hacia la inclusión, desde la sensibilización y la difusión.
Área de Comunicación

 
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¿Cuál es tu relación con la montaña?
La verdad es que mi relación actual no tiene tanto que ver con mis inicios. Todo empezó cuando estuve colaborando de voluntaria como monitora de tiempo libre, ahí es cuando más conocí la montaña a través del senderismo fundamentalmente.En esa época además fue mi primer contacto con el Camino de Santiago, experiencia que me conquistó y que continúo haciendo cuando puedo. Luego fui aumentando esa relación a través de mi formación, me licencié en Educación Física e hice algunos seminarios en la naturaleza, sobre escalada, rafting, esquí...
 
Finalmente me especialicé en deporte adaptado y, actualmente, imparto clases en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Católica de Valencia. Ahí fue donde surgió un proyecto común entre las asignaturas de deporte adaptado y deportes en el medio natural teniendo como objetivo sensibilizar a nuestro alumnado hacia las personas con discapacidad y hacer posible la inclusión en la montaña a través de la ya famosa silla de montaña “Joëlette”.
     
¿Desde cuándo está al frente de la vocalía?
Desde el año 2019. A través de mi compañero de deportes en el medio natural, me comentó que la Federación, que lleva desde 1965 fundada, estaba interesada en ampliar sus ramas y querían crear una vocalía relacionada con la inclusión de personas con discapacidad en la montaña. Se trataba de algo nuevo, de abrir un camino prácticamente sin transitar todavía y no me pude resistir a aportar mi granito de arena.
 
¿Qué te llevó a sumarte a este proyecto y hacerte cargo de esta vocalía?
El mundo, la sociedad está llena de barreras para la gente que tiene algún tipo de discapacidad. Hay muchas dificultades para vivir en general pero más para hacer deporte y más todavía para ir a la naturaleza, en este caso, a disfrutar de la montaña.Sumarme a este proyecto significaba por un lado aportar de forma voluntaria mis conocimientos a favor de la inclusión y por otro un reto importante pues obviamente sabía que sería difícil crear algo de la nada.
 
¿Cómo es el trabajo que se hace desde la vocalía de Montaña Inclusiva y Solidaridad?
Hay varias líneas, pero la más importante es la sensibilización. Que los amantes del mundo de la montaña sepan que es posible que personas con discapacidad accedan al       entorno natural. Se trata de difundir y sensibilizar en primer lugar, hacer visible la discapacidad. Y, por otro lado, hacer posible esta inclusión. Que cualquier Club de cualquier pueblo en el que haya una persona con discapacidad que le guste la montaña pueda disfrutarla y hacerlo como cualquier otra de forma viable. Luego ya se valoraría qué tipo de actividad en concreto puede realizar esa persona, pero de entrada tener los recursos para que sea posible.
 
¿Cómo es la colaboración y el diálogo con los clubs? ¿Habéis percibido que necesitaban esta vocalía para impulsar prácticas deportivas más inclusivas?
Es un trabajo que vamos haciendo poco a poco porque hay muchos clubes. Lo difícil, al comenzar esta vocalía, era el planteamiento de que hay tanto por hacer que no sabíamos muy bien por dónde comenzar, ¡pero lo importante es hacerlo! De este modo nos pusimos manos a la obra y ya en la encuesta que se pasó desde la FEMECV, a los clubes, recién estrenada la nueva junta directiva, se les preguntó si les gustaría como club conocer qué se puede hacer con personas con discapacidad y si era así si les gustaría formarse. Y así lo hicimos, comenzamos con esa formación. Ya tenemos varios clubs que han formado a personas y ya han realizado incluso salidas con personas con discapacidad. Y lo más importante es que no son sólo clubes también estamos trabajando ya con asociaciones que se interesan en este sentido.
 
Con respecto a la segunda pregunta, esta vocalía no es que fuera necesaria es que era IMPRESCINDIBLE. Es por derecho. En una federación debe haber esfuerzos dedicados a personas que puedan tener cualquier tipo de discapacidad. Lo que no puede ser, es que muchas personas con discapacidad de entrada ni se planteen que pueden acceder al mundo de la montaña.
 
Hace apenas un año la Federación adquiría la Joëlette y tres barras direccionales. ¿Qué ha supuesto esta inversión para los federados?
La pandemia supuso un parón tremendo en este sentido. No podíamos hacer actividades porque además muchas personas con discapacidad tenían un riesgo añadido. Pero de todo se puede sacar algo positivo y no poder realizar las actividades previstas, desde la vocalía, propusimos invertir ese presupuesto no utilizado en la adquisición de estos materiales. Esto ha supuesto un gran paso para la Federación. Disponer de esta silla para personas con movilidad reducida y las barras direccionales para personas con ceguera o discapacidad visual, supone que cualquier club de la Comunitat Valenciana, que esté formado en el uso de los recursos, pueda solicitar su uso. Hemos elaborado un protocolo y ha habido un movimiento bastante importante a lo largo de este año.
 
La federación, desde la EVAM, organiza cursos de formación sobre el manejo de la Joëlette y las barras direccionales ¿qué respuesta encuentra esta oferta formativa?
En este sentido estamos contentos, hay ya bastantes clubes sensibilizados que quieren formarse porque, aunque todos los que estamos implicados en esto lo hacemos como voluntarios, es muy importante que todos estemos lo suficientemente formados para que las actividades puedan llevarse a cabo con la máxima seguridad y calidad. Contamos ya con la realización de 3 cursos de formación de hecho, ahora en marzo tenemos el cuarto en Castellón, que es la provincia que nos quedaba para llevarlo a cabo. La idea sería, si hay una buena respuesta, tener en un futuro una silla por provincia y que vaya rodando por los diferentes clubes para dar mayor respuesta haciendo una FEMECV más inclusiva.
 
¿Qué iniciativa, de las que se han puesto en marcha desde la vocalía, te genera más satisfacción o ha supuesto un reto?
Soy muy exigente y mi sensación es que queda mucho por hacer. La gente me dice que tenemos que estar contentos porque hemos hecho muchísimo movimiento, pero yo tengo la sensación de que tenemos mucho trabajo por delante. Y eso que la gente llama y pregunta y, sinceramente, tenemos más trabajo del que podemos atender. Lo más bonito que hemos conseguido es por ejemplo, que un club pueda conseguir que un niño o una niña, con padres amantes de la montaña, puedan pedir la silla y acudir a la montaña un domingo cualquiera.
 
Háblanos de la prueba de Carrera por montaña inclusiva que tendrá lugar el próximo 20 de febrero.
Desde la vocalía de montaña inclusiva y solidaridad y la de carreras por montaña, hemos creado una comisión (integrada también por corredores ciegos, guías, …) para llevar a cabo una de las iniciativas que teníamos en nuestro proyecto, abordar el tema de la competición inclusiva, en la que participen personas con discapacidad. Por tanto, dentro del circuito de carreras de la FEMECV se ha valorado una de ellas para ver si era viable para la participación de personas con discapacidad visual. En este caso, competirán equipos de barras (corredor ciego o con discapacidad visual y dos corredores guías) en el evento de Vallada que tendrá lugar el próximo 20 de febrero. Estamos muy contentos porque es la primera vez que se hace algo así dentro del circuito de carreras FEMECV en la Comunidad y deseamos que este sea el principio de muchos más eventos.
 
     
¿Qué queda por hacer en la vocalía?
Mucho. Acabamos de comenzar. Hemos abierto un camino, pero queda mucho recorrido por delante. Por ejemplo, fomentar que las personas con discapacidad intelectual puedan acceder a la montaña. O abordar también las actividades en el medio natural con personas con enfermedad mental, tan complejo, pero a la vez tan necesario. Y, sobre todo, sería fantástico que esta vocalía desapareciera de aquí a 20 años porque ya no fuera necesaria, porque en el resto de secciones o vocalías, competitivas y no competitivas, ya se hubieran incluido actividades para todas las personas, también para las que tienen algún tipo de discapacidad. Ese sería un sueño hecho realidad… pero de momento, seguiremos luchando por hacer realidad la inclusión en la montaña.
 

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