Los beneficios del deporte de montaña para pacientes con cáncer de mama

Los beneficios del deporte de montaña para pacientes con cáncer de mama

Son de sobra conocidos los beneficios de la práctica de actividad física al aire libre, especialmente en entornos naturales como la montaña. A los efectos positivos del deporte, que apunta la Organización Mundial de la Salud, se suma dejar atrás el aire contaminado de los entornos urbanos y poder respirar aire puro.
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    Mujer y Montaña
Área de Comunicación

  Cuando nos remitimos a los deportes de montaña, también incrementamos estos beneficios con la desconexión y reflexión que requieren estas prácticas.   Concretamente, los beneficios que el deporte de montaña tiene para pacientes con cáncer de mama han sido investigados por la Federació d’Esports de Muntanya i Escalada de la Comunitat Valenciana (FEMECV), en colaboración con el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer Mama. Entre las conclusiones que se desprenden de esta investigación destaca que “la práctica de estas actividades físicas en el medio natural en grupo, además de suponer beneficios físicos o fisiológicos, tiene un gran potencial terapéutico por los beneficios que suponen tanto el contacto con la naturaleza como por el apoyo afectivo del resto de participantes”. Señalan que se tratan de aspectos que van a ser clave “tanto para afrontar como para permanecer con esperanza en cualquier proceso oncológico”.   Acerca de los efectos positivos que se derivan de prácticas deportivas concretas, estos fueron publicados en un artículo en la edición 33 de la revista GEISALUS, editada por GEICAM, en el que participaron Silvia Rodríguez, Pedro Carrasco y Laura Jiménez, miembros de la federación; Ana Benedicto, licenciada en farmacia y graduada en nutrición, y el equipo coordinador de ejercicio físico y científico de Grupo GEICAM.   En cuanto a las modalidades y los beneficios que desarrollan cada una de ellas, sobresalen dos. Sobre el senderismo, explica este artículo que, además de la mejora del riego sanguíneo y la capacidad cardiovascular o mejora del equilibrio reduciendo el riesgo de caídas, “encontramos estudios que destacan que esta práctica ejerce una importante función terapéutica en mujeres con esta patología, por lo que supone de “apoyo hombro con hombro” a través del binomio de “caminar y conversar” que conlleva la propia práctica”.   La modalidad más destacada, a nivel de beneficios, es la marcha nórdica. Entre sus efectos positivos se enumeran las mejoras que se producen en los trastornos posturales que pueden aparecer debido al tratamiento quirúrgico del cáncer de mama, el aumento en la fuerza de las extremidades superiores cuando hay un uso correcto de la técnica, mejoras en cuanto a la prevención y tratamiento de formas leves del linfedema en las extremidades superiores.   Artículo: LA MONTAÑA: SANACIÓN Y MOTIVACIÓN   Revista: GEIsalus  

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