Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña
Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña
Dada la situación acontecida con el grupo de españoles que esta primavera se dieron cita en el Himalaya del Nepal intentando ascender al Everest y al Lhotse, la Junta Directiva de la SEMAM (Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña), desea manifestar lo siguiente:
1º.- En el conjunto mayoritario de los montañeros españoles predominan los valores clásicos como el amateurismo, el respeto hacia el medio ambiente y la solidaridad
con los compañeros accidentados. Algo que también ha ocurrido en esta ocasión, aunque las noticias difundidas, basadas en casos aislados, parezcan haber
transmitido al gran público todo lo contrario.
2º.- Ser especialista universitario en Medicina de Montaña, como ocurre hoy en todas las especialidades médicas, no es algo graciable que cualquier médico pueda
atribuirse sin acreditarlo. Para serlo, hay que demostrar -a ser posible ante la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)- que se posee
formación, experiencia y publicaciones al respecto. Expediciones comerciales y profesionales del alpinismo son los primeros que deben contar en sus equipos,
algunos de ellos ya lo hacen, con especialistas acreditados en Medicina de Montaña.
3º. Consideramos que la utilización de oxígeno y dexametasona en un cuadro compatible con edema cerebral, cuando no es posible el descenso o no se dispone de
cámara hiperbárica, es una de las recomendaciones obligadas por cualquier equipo sanitario que en dicha situación fuese consultado, dada la alta morbilidad y
mortalidad de esta forma grave de Mal de Montaña. La decisión y responsabilidad de hacer caso o no a este criterio corresponde al accidentado y/o al resto de
montañeros que lo acompañan si este no puede tomar las decisiones oportunas (conocido el deterioro de las habilidades del pensamiento que pueden producirse en
estas altitudes en los afectados por esta patología).
En cuanto a las congelaciones creemos que su pronta recuperación y la disminución de las secuelas dependen en gran medida del temprano, continuado y adecuado
tratamiento, de acuerdo con las evidencias científicas.
4º.- El ejercicio de la medicina sobre el terreno deportivo conlleva dificultades importantes en lo que a medios humanos y materiales se refiere. Mucho más aún
cuando “el terreno” lleva inherentes la dificultad técnica, el aislamiento y la consiguiente demora en acceder al accidentad, como es el caso de las altas
montañas. Es responsabilidad del médico preparar al deportista –en los aspectos que le competen- para minimizar los problemas posibles en altura y, en caso de que
se presenten, es él quien se hace cargo de la primera asistencia, que va a condicionar el tratamiento posterior y rehabilitación. Descalificar a los médicos que
dedican su esfuerzo, profesionalidad y saberes acreditados, sin razones contrastadas que lo demuestren, nos parece totalmente injustificado. Más aún cuando los médicos no pueden contar casi nada de lo que saben sobre el deportista y paciente, en razón del secreto profesional.
Junta Directiva de la SEMAM
Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña – c/ Albareda, 7,4º 4ª 50004 ‐ Zaragoza
NIF: G‐50658434